jueves, 29 de agosto de 2013

El hecho moral como acto humano: fin y clases de fines.

La bondad o malicia de los actos humanos se hace por los elementos que los integran: El objeto, el fin y las circunstancias que no intervienen todos de la misma manera, para determinar la moralidad de los actos buenos y la de los actos malos. Para que un acto sea bueno, deben serlo necesariamente el objeto, el fin y las circunstancias; y para que sea malo basta con que uno de ellos esté en contra de la norma moral.
a) objeto.
Es la primera y fundamental fuente de moralidad: si el objeto es malo, el acto también será malo, aunque las circunstancias y la intención sean buenas; "No se puede hacer el mal para que sobrevenga el bien"; el fin no justifica los medios. Si el objeto es bueno, el análisis para una calificación completa y verdadera del acto debe proseguir por el fin y las circunstancias.
El objeto del acto moral, no es sólo el hecho o realidad física sobre que recae, sino la relación que guarda con el último fin, que es el bien del hombre. Por eso, al objeto del acto moral, se le llama también finis operis, finalidad inmanente del acto o relación objetiva con la ordenación de la razón al último fin, que determina la esencia de cada acto.
b) intención.
La intención, es un elemento esencial en la calificación moral de la acción. El fin es el término primero de la intención y designa el objetivo que se busca en la acción. La intención es un movimiento de la voluntad hacia un fin. Es el bien esperado de la acción que se hace. Una misma acción puede estar inspirada por varias intenciones como hacer un servicio para obtener un favor o para satisfacer la vanidad.
Una intención buena (por ejemplo: ayudar al prójimo) no hace ni bueno ni justo un comportamiento en sí mismo desordenado (como la mentira y la maledicencia). El fin no justifica los medios. No se puede justificar la condena de un inocente como un medio legítimo para salvar al pueblo. Por el contrario, una intención mala convierte en malo un acto que puede ser bueno.
c.    circunstancias.
Todo acto humano es un acto "situado", realizado en un determinado tiempo y lugar, con una concreta modalidad, por un sujeto de particulares cualidades, etc. Las circunstancias designan todos los factores que forman el contorno en que se realiza la acción.
  Etimológicamente proviene de circum stare, estar alrededor. El nombre está tomado de la realidad espacial y trasladada metafóricamente a los actos humanos. Designa dos aspectos de estas realidades: se trata de algo que está fuera de la sustancia de la cosa, pero que, al mismo tiempo, se adhiere al acto humano ya completo sustancialmente afectándolo de algún modo, lo cual pertenece al orden accidental. Las principales que señala la moral son siete:
·         el tiempo en que se realiza el acto (quando).
·         el lugar en que es hecho (ubi).
·         el modo de hacerlo (quomodo).
·         la materia sobre la que versa (circa quid o quid).
·         la cualidad del sujeto que lo realiza (quis).
·         los motivos circunstanciales que mueven a realizarlo (cur).
·         los medios empleados para su ejecución (quibus auxiliis).
También de la relación de estos elementos accidentales con la regla moral dependerá la moralidad del acto humano.
Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad o la malicia moral de los actos humanos (por ejemplo, la cantidad de dinero robado). Pueden también atenuar o aumentar la responsabilidad del que obra (como actuar por miedo a la muerte).



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